Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 29 de mayo de 2012

Ecumenismo

El domingo participé en un bautismo en la Iglesia Ortodoxa Rumana. Se trataba de la hija de un señor que trabaja para mi convento y acudimos el prior y yo. El pope ortodoxo fue muy acojedor y puso un par de personas a nuestra disposición para que nos fueran traduciendo sus palabras. El problema es que conocían bien el rumano (es su idioma natal) y el italiano (llevan años viviendo aquí), pero no entendían las palabras técnicas y estaban perdidas en los ritos, por lo que no fueron capaces de traducir casi nada, aunque el celebrante se dirigía a ellos cada rato para insistirles en que nos tradujeran.

martes, 22 de mayo de 2012

Sobre la falta de vocaciones

Ayer prediqué una jornada de retiro a una comunidad de religiosas. Son pocas y muy ancianas; pertenecen a una congregación francesa que ha trabajado en las misiones al servicio de los más necesitados durante casi doscientos años. Últimamente han ido cerrando casi todas las casas y se han agrupado en dos o tres. La de Roma es la casa general. Como está situada frente a un famoso hospital, la han adaptado para acoger por un precio módico a los enfermos que vienen a hacer sus curas o a sus familiares. No aceptan turistas ni visitas con otra intención. Solo enfermos y los que los acompañan. Les ofrecen una habitación limpia y comida casera, oran por ellos y con ellos, los escuchan y consuelan. Algunos permanecen hasta dos y tres meses con ellas. Cuando regresan para una nueva visita al especialista les traen huevos, verduras, dulces. Después de muchos años las siguen telefoneando o escribiendo para felicitarles las navidades o la pascua.

lunes, 21 de mayo de 2012

La humildad de Jesucristo

Ayer domingo prediqué el retiro mensual a los estudiantes del colegio internacional de los carmelitas descalzos en Roma. En la foto pueden ver la comunidad en la capilla. Durante la misa concelebraron los seis formadores y tuvimos servicio de diácono, acólitos, cantores con armonio y guitarra... El sábado, sin embargo, celebré la misa de ocho de la mañana en nuestra iglesia de santa Teresita, donde vivo. Normalmente viene un grupito de veinte o treinta personas, pero ese día, curiosamente, solo había dos fieles y yo. Falló hasta el sacristán, que es siempre el primero en llegar, pero estaba de viaje. No sé si había huelga de autobuses o si la calle estaba cortada o qué pudo suceder, pero no es eso lo que quiero compartir hoy con ustedes.

viernes, 18 de mayo de 2012

Ecumenismo

Ayer participé en un encuentro de oración en el templo luterano alemán de Roma. Presidían 23 representantes de diversas denominaciones cristianas (incluído el obispo católico responsable de la zona, por supuesto). Una plegaria la dirigía un pastor luterano y otra un obispo griego ortodoxo, otra un metodista y otra un anglicano. Los textos de la Biblia y las oraciones provenientes de la Tradición (incluído el credo niceno-constantinopolitano) se alternaban con bellos cantos y con el sonido del órgano. Al final, los representantes de las distintas congregaciones han pedido juntos la bendición de Dios para toda la asamblea.

En la foto podéis ver al Papa Benedicto en su visita a ese templo. Dentro conservan un hermoso mosaico de Cristo Pantocrátor que el Papa les regaló.

Señor Jesús, concede la unidad y la paz a tu Iglesia, para que todos los cristianos formemos un único rebaño guiado por un solo pastor. Amén.

miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Qué es la espiritualidad cristiana?

Para los griegos, «espíritu» se opone a «materia», a «cuerpo». En la Biblia no es así; la ruah es la fuerza, el principio de acción que hay en Dios. No se opone a «cuerpo», sino a «carne», a la realidad terrestre del hombre, caracterizada por la debilidad y por su carácter perecedero: «El egipcio es un hombre y no un Dios y sus caballos son carne y no espíritu» (Is 31,3). La sanción del diluvio está preparada por la constatación de que los hombres quieren vivir solo de su propio principio terrestre: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, puesto que él es pura carne» (Gen 6,3).