Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 3 de enero de 2024

"Jesús, dulce memoria" de san Bernardo. Con letra en latín y español


En el siglo XI, san Bernardo de Claraval escribió una de las poesías más hermosas de toda la historia del cristianismo: el “Iubilus de nomine Iesu”.

De las cincuenta estrofas que componen el himno, tradicionalmente cinco se cantaban en maitines, cinco en laudes y cinco en vísperas de la fiesta del Nombre de Jesús, por lo que fueron musicalizadas por muchos autores a lo largo de los siglos.

Los años pasados he recogido distintas interpretaciones del himno de vísperas, tanto con la música gregoriana tradicional como en polifonía. Este año les presento una versión muy original, que une la versión gregoriana del canto con música sinfónica de fondo.

A continuación escribo la letra en latín y después la traducción al español.

Este es el texto en latín:

Jesu dulcis memoria
dans vera cordis gaudia:
sed super mel et omnia
ejus dulcis praesentia. 

Nil canitur suavis,
nil auditur iucundius,
nil cogitatur dulcius
quam Iesus, Dei Filius.

Iesu, spes paenitentibus,
quam pius es petentibus!
Quam bonus te quaerentibus!
Sed quid invenientibus?

Nec lingua valet dicere
Nec littera exprimere
Expertus potest credere
Quid sit Iesum diligere.

Sis, Iesu, nostrum gaudium,
Qui es futurus praemium:
Sit nostra in te gloria
Per cuncta semper saecula. Amen.

Esta es la traducción al español:
 
Dulce es el recuerdo de Jesús,
que trae la alegría verdadera al corazón;
pero su presencia es más dulce que la miel
y que todas las cosas. 

Nada más dulce puede cantarse, 
nada más agradable de escuchar, 
nada más delicioso en qué pensar 
que Jesús, el Hijo de Dios. 

¡Jesús, esperanza de los que se convierten, 
qué bueno eres con los que te suplican!, 
¡Qué bueno con los que te buscan!, 
¿Qué serás para los que te encuentran? 

Ni la lengua puede decirlo, 
ni la escritura expresarlo; 
solo quien lo ha experimentado 
sabe lo que es amar a Jesús. 

Jesús, sé nuestra alegría, 
tú que eres nuestra futura recompensa.
Que nuestra gloria sea estar contigo 
por toda la eternidad. Amén. 

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