Creo en Dios, fuente inagotable de vida,
comunidad que vive y nos llama a vivir
en comunión infinita de amor.
Creo en Dios que, con amor de Padre y Madre,
engendra y da luz a este mundo,
lo amamanta, lo protege, lo educa y lo renueva constantemente.
Creo en Jesús de Nazareth,
el primero de los últimos y el último de los primeros,
expresión plena de la humanidad de Dios.
Creo en el Espíritu Santo,
matriz ecuménica
presente donde quiera que la vida está fluyendo.
Creo en el ser humano como proyecto inacabado de Dios,
pero predestinado a convertirse
pero predestinado a convertirse
en su verdadera imagen y semejanza.
Creo que la historia es el registro
de la relación dialógica entre Dios y los seres humanos:
un diálogo plenamente libre y totalmente abierto al futuro.
un diálogo plenamente libre y totalmente abierto al futuro.
Creo en el reino de Dios
como realidad plenificante, aunque todavía no plena,
y como utopía que alimenta nuestra esperanza
y moviliza y orienta nuestra práctica de fe.
y como utopía que alimenta nuestra esperanza
y moviliza y orienta nuestra práctica de fe.
Creo en la iglesia como pregón de ese reino.
Creo en ella como avanzada del Pueblo de Dios
llamada, como "sal de la tierra" y "luz del mundo",
a darle sabor y sentido a la existencia de éste.
Creo en ella como avanzada del Pueblo de Dios
llamada, como "sal de la tierra" y "luz del mundo",
a darle sabor y sentido a la existencia de éste.
Creo en la vida después de la muerte
como el reencuentro gozoso
como el reencuentro gozoso
de todas las criaturas con el Creador
en la fiesta final y eterna del Universo.
En eso creo. Amén.
en la fiesta final y eterna del Universo.
En eso creo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario