Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 9 de octubre de 2023

Oremos por la paz


¡Ay de mí, desterrado en Masac, acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz;
cuando yo digo: «Paz», ellos dicen: «Guerra» (Salmo 120,6-7).

No nos cansemos de orar por la paz en Tierra Santa, en Ucrania, en Siria, en Sudán y en el mundo entero. Por desgracia, hay quienes no quieren la paz y hacen todo lo posible por arruinarla apenas ven que hay alguna posibilidad de que se establezca, como los buitres de la ilustración de arriba, dispuestos a comerse a la paloma.

Trabajemos por la paz y oremos por la paz. En el misal romano hay varios formularios específicos para orar "por la paz y la justicia". De allí tomo estas oraciones.

Oh, Dios, que manifestaste que serán llamados hijos tuyos los amantes de la paz, concédenos instaurar sin descanso aquella justicia que puede garantizar una paz firme y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Oh, Dios, que cuidas de todos con amor paternal, concede, en tu bondad, que los hombres, a quienes diste un mismo origen, formen una sola familia en la paz y vivan siempre unidos por el amor fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Oh, Dios, creador del mundo, bajo cuyo gobierno se desarrolla el curso de la historia, muéstrate propicio a nuestras súplicas y concede a nuestro tiempo el sosiego de la paz, para que nos gocemos incesantemente en la alabanza de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Dios de la paz, tú eres la paz misma, a quien el espíritu violento no comprende ni el corazón cruel acepta, haz que perseveren en el bien los que conviven en concordia, y que recuperen la paz, olvidando el mal, los que están enfrentados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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Oremos a Dios, Padre todopoderoso, que dio al mundo la paz por la venida de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

— Por la santa Iglesia de Dios, para que anuncie incansablemente la paz a todos los pueblos y se esfuerce por conseguirla. Roguemos al Señor.

— Por los que dirigen las naciones y por los responsables de todas las religiones, para que, con interés y esfuerzo, trabajen por poner fin a toda forma de violencia. Roguemos al Señor.

— Por la Tierra Santa y todos los pueblos que sufren los horrores de la guerra, para que recobren la paz y puedan vivir en tranquilidad y libertad. Roguemos al Señor.

— Por quienes han muerto víctimas de la violencia, el terrorismo y la guerra, para que Dios le haya dado la paz eterna en la gloria del cielo. Roguemos al Señor.

— Por el fin de la violencia perpetrada por las palabras duras, la indiferencia o las armas. Que nuestros hogares, nuestra nación y los países de todo el mundo se conviertan en remansos de paz, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.

— Por todos nosotros, para que unidos en mutua y fraternal caridad, demos al mundo testimonio de justicia, de amor y de paz. Roguemos al Señor.

Dios todopoderoso y lleno de misericordia, que de tal modo amaste al mundo que le diste a tu Hijo, escucha las súplicas de tus siervos y haz que todo el mundo obtenga la verdadera y sólida paz en tu Espíritu de verdad y de amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

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