Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 14 de junio de 2015

La semilla que germina y el grano de mostaza


En el evangelio de hoy, Jesús cuenta dos parábolas: la semilla que misteriosamente germina y crece en el silencio y el grano de mostaza que se convierte en un gran arbusto. En ambos casos se nos invita a la confianza en Dios, que realiza su obra de salvación discretamente, pero de manera eficaz.

El mensaje del evangelio coincide con el de la segunda lectura de hoy, tomada de la segunda carta de san Pablo a los corintios: "Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos, estamos desterrados".

Es verdad que nos han tocado vivir tiempos confusos, pero la palabra de Dios no puede equivocarse ni dejar de cumplirse, y hoy nos anuncia que el Reino de Dios está ya presente en medio de nosotros, creciendo de manera lenta, pero segura. 

Muchas veces no nos damos cuenta, porque nos gustan las cosas grandiosas y espectaculares, pero Dios tiene otra manera distinta de manifestarse. Él ha establecido su salvación en medio de nosotros como un granito de mostaza que crece, aunque nosotros no terminemos de entender cómo.

Ya expliqué la parábola de la semilla de mostaza en otra ocasión aquí.

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