Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 14 de julio de 2015

Carta sobre la fiesta de la Virgen del Carmen


El P. Fernando Millán, prior general de la Orden de los Carmelitas (o.carm.) ha dirigido una carta a la Orden con motivo de la próxima fiesta de la Virgen del Carmen, en la que habla de santa Teresa de Jesús, el año de la vida consagrada, san Simón Stock y monseñor Romero. Otros años también me he echo eco de sus cartas: Aquí pueden consultar la del año pasado sobre la Virgen del Carmen y la belleza y aquí la del año anterior sobre la Virgen del Carmen y los que sufren. A continuación les propongo algunos párrafos de la carta de este año:

Queridos hermanos y hermanas de la familia carmelita: Un año más, nos acercamos a la fiesta de nuestra Madre del Carmen y, con este motivo, quisiera dirigirme a todos vosotros para, en primer lugar, desearos una feliz fiesta y también para pediros que las novenas, las celebraciones, la liturgia y la oración de estos días nos ayuden a todos a revivir nuestro carisma y hacerlo más presente y más vivo en nuestros corazones. 

No cabe duda de que la dimensión mariana es uno de los elementos constitutivos de la espiritualidad carmelita. Aun viviéndolo con formas y expresiones distintas, según los diversos lugares del mundo y las diversas culturas, es algo que nos une, nos caracteriza, nos distingue y, en definitiva, nos llena de gozo.

Este año quisiera mencionar brevemente cuatro temas que, en mayor o menor medida, nos afectan como Orden y como familia religiosa y que podemos tener en cuenta en nuestras celebraciones. 

En primer lugar, estamos celebrando el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. En toda la Orden ha habido diversas celebraciones, congresos, conferencias, publicaciones y todavía quedan algunos meses en los que hay programadas más actividades de diverso tipo. Santa Teresa es una figura señera de la historia del Carmelo y una de las cumbres de su espiritualidad. Mujer, escritora, caminante, mística… y tantos aspectos más, nos invitan a volver a sus textos y a su ejemplo y a encontrar en ellos claves (inspiración, ejemplo, creatividad) para nuestra vida actual como carmelitas.

En no pocas ocasiones, Teresa muestra en sus escritos su devoción a la Virgen. Ya de niña, en Ávila, se encomienda a la Virgen de la Caridad a la que pide que sea su madre. En el Carmelo, la Santa recibió las tradiciones espirituales y la honda devoción a la Virgen del Carmen, algo que la acompañaría durante toda su vida. Así, cuando comienza a escribir el Camino de perfección, Teresa indica con humildad: “Si algo hubiere bueno, sea para gloria y honor de Dios y servicio de su sacratísima Madre, Patrona y Señora nuestra, cuyo hábito yo tengo, aunque harto indigna de él” (Camino, Introducción). Y, al final de su recorrido fundacional, Teresa exclama con gozo: “nos alegramos de poder en algo servir a nuestra Madre y Señora y Patrona” (Fundaciones 29,23).

Son textos que nos emocionan y nos invitan también a nosotros a servir “a nuestra Madre y Señora y Patrona” que nos lleva al corazón del Evangelio y de la vida cristiana. Que la Santa desde el cielo nos ayude a vivir con gozo y autenticidad esa devoción y esa piedad mariana y carmelitana.

Por último, quisiera también compartir con vosotros que el pasado 23 de mayo tuvo lugar en San Salvador la beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, asesinado en marzo de 1980. El motivo de traer a Romero a colación es que, durante su ministerio episcopal, al menos en tres ocasiones, se refirió con palabras muy hermosas a la Virgen del Carmen y a las celebraciones del 16 de julio. Como sabéis Romero solía grabar sus homilías que eran emitidas por la radio para que llegasen al mayor número de gente. En la fiesta del Carmen de 1976, 1977 y 1978, el Arzobispo alaba esta devoción y pide que se convierta en una plataforma de evangelización y de liberación. 

Aunque no puedo detenerme en ello, me gustaría compartir dos frases de Romero que nos llenan de sano orgullo y nos invitan a seguir difundiendo denodadamente esta devoción tan popular, tan hermosa y tan rica espiritual y teológicamente: “No hay predicadora más atrayente que la Virgen del Carmen en medio de nuestro pueblo” [1977]. “Nuestro pueblo siente que María, bajo ese título del Carmen, es la gran misionera popular (…). Unamos pues nuestra reflexión a este cariño del pueblo, de la vida religiosa y sacerdotal a Nuestra Señora del Carmen” [1978]. Poco tiempo después, el Arzobispo era tiroteado mientras celebraba la eucaristía y caía muerto cerca de una imagen de la Virgen del Carmen en “el hospitalito”.

Pues que María, nuestra Madre y Hermana, nos siga acompañando y guiando en este mundo complejo y fascinante en el que nos ha tocado vivir y nos ayude a llevar a todos la Buena Noticia de la salvación.

¡Felices Fiestas del Carmen y un fuerte abrazo! Con afecto fraterno. Fernando Millán Romeral, o.carm.

Pueden leer la carta entera aquí.

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