Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 10 de septiembre de 2015

Los Carmelitas o. carm.


Estimados amigos, me encuentro en Nocera Umbra, una preciosa ciudad medieval situada a 176 km al norte de Roma y a 35 km de Asís, predicando ejercicios espirituales a un buen grupo de religiosos carmelitas (o. carm. o de la "antigua observancia"). Es un gozo caminar como hermanos y compartir la fe y la esperanza, dejando de lado prejuicios de otros tiempos.

En nuestros días, los carmelitas son unos 1.800 frailes, unas 800 monjas, 17 congregaciones de religiosas afiliadas y varios grupos laicales, entre los que destaca la Orden Tercera. 

Los carmelitas descalzos somos hijos suyos y tenemos muy buena relación con ellos. De hecho, los generales de las dos Órdenes y sus consejeros se reúnen dos veces cada año desde hace mucho tiempo, una en la casa general o. carm. y otra en la casa general o.c.d.

El actual prior general o. carm., el padre Fernando Millán Romeral, define así la gran familia carmelitana: «Somos comunidades orantes y proféticas en un mundo que cambia, que nos consagramos a vivir en obsequio de Jesucristo, tal como proclama nuestra Regla».

En un apartado de su página web titulado «La Orden Carmelita hoy», dicen de sí mismos:

A partir del Concilio Vaticano II, los Carmelitas han venido reflexionando hondamente sobre su propia identidad, sobre su carisma, sobre aquello que está a la base y constituye su proyecto de vida, a saber "vivir en obsequio de Jesucristo y servirlo fielmente con corazón puro y buena conciencia" (Regla). Han encontrado su obsequio a Cristo empeñándose en la búsqueda del rostro de Dios viviente (dimensión contemplativa), en la fraternidad y el servicio (diakonía) en medio del pueblo. Todo esto, ellos lo ven realizado en la vida del Profeta Elías y de la Virgen María, los cuáles han sido guiados por el Espíritu Santo. Mirando a Elías y a María los Carmelitas se encuentran en una situación fácil para comprender, interiorizar, vivir y anunciar la verdad que hace al hombre libre.

Los Carmelitas, conscientes de su pertenencia a la Iglesia y a la historia, viven en una fraternidad abierta a Dios y al hombre, capaces de escuchar y dar respuesta auténtica de vida evangélica en base a su propio carisma y se empeñan en la construcción del Reino de Dios dondequiera se encuentren. De hecho, ellos están comprometidos con la evangelización en las casas de oración, en los centros de retiros espirituales, en las parroquias, en los santuarios marianos, en las escuelas y colegios, en las asociaciones religiosas; y con la Justicia y Paz en aquellos ambientes donde la dignidad humana todavía es pisoteada, entre los pobres, los marginados, los que sufren.

A este empeño de los Carmelitas, que es vario y vasto, se une la estrecha colaboración de un gran número de comunidades de monjas, Congregaciones de las Hermanas de Vida Apostólica, Laicas de vida consacrada, numerosos grupos de Terceras Ordenes y Cofradías del Santo Escapulario. Todos estos grupos surgidos por el Espíritu a través de los siglos, inspirados en la Regla del Carmelo están íntimamente unidos por el vínculo del amor, de la espiritualidad y de la comunión de bienes espirituales y por tanto, constituyen en la Iglesia la Familia Carmelita.

Pueden consultar la página de la Orden en esta dirección: http://ocarm.org/es/  Les recomiendo la sección de la "Lectio Divina", en la que cada día comentan el evangelio de la misa.

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