Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 21 de mayo de 2016

bóvedas estrelladas de la catedral de Burgos


La catedral de Burgos es uno de los edificios góticos más fascinantes del mundo entero, una maravilla arquitectónica que conserva numerosas obras de arte en su interior, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Tendremos ocasión de visitarla durante la peregrinación por monasterios y catedrales de Castilla la Vieja, del 5 al 12 de septiembre. (Información completa del viaje en este enlace).

Durante la Edad Media y el Renacimiento trabajaron en ella arquitectos, escultores y pintores de España, Francia, Holanda, Bélgica, Italia, Alemania... 

Conserva también algunos restos del primitivo edificio románico, así como elementos barrocos y neoclásicos, pero la estructura fundamental sigue siendo gótica.

Hoy solo voy a hablar de un rasgo que la hace muy característica: sus bóvedas caladas. No hay muchas en la historia de la arquitectura y en ningún edificio antiguo se conservan tantas como aquí.

Hemos de tomar conciencia de lo difícil que fue realizarlas, ya que son de piedra (aunque parecen de ganchillo) y están colocadas en lo más alto del edificio, haciendo que a través de ellas entre la luz del cielo.

La foto superior es del cimborrio, colocado en el crucero del templo a más de 50 metros de altura, que forma una espectacular bóveda de estrella calada. En el tambor, por dentro y por fuera, hay más de 100 esculturas de personajes y de animales.


El cimborrio de cerca. Al verlo por primera vez, el rey Felipe II afirmó que "más parece obra de ángeles que de hombres". A sus pies está la tumba del Cid Campeador y de su esposa Dª Jimena.


Bóveda estrellada y calada de la capilla de los condestables que, por otro lado, está llena de tesoros de todo tipo: escultura, pintura, rejería, etc., incluyendo un cuadro de Leonardo da Vinci.


Detalle de la bóveda de la capilla de los condestables. Pensemos en el peso enorme de esas bóvedas de piedra, tan hábilmente conducido a través de los nervios que se apoyan en la clave central que sigue en pie después de más de 600 años.


Bóveda estrellada y calada de la Capilla de la Presentación y la Consolación, también llamada de San José. Debajo podemos ver en detalle el florón central.


Las tres siguientes fotografías son de las bóvedas de las capillas de San Juan Bautista y de Santiago en el claustro alto de la catedral. Hay algunas más en la capilla del Santo Cristo y en otras partes del edificio, pero creo que con esta selección nos hemos hecho una idea de la maravilla arquitectónica que suponen estas bóvedas caladas.



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